Martín Carrizo fue uno de los bateristas más excitantes e innovadores del rock argentino; un músico que dejó su sello en diferentes proyectos; tocó con Gustavo Cerati y con el Indio Solari, entre otros. Compositor, productor, docente, en todas estas actividades puso talento y pasión. Lamentablemente, murió a causa del ELA (esclerosis lateral amiotrófica) este martes 11 de enero, a los 50 años.
Se hizo conocido como baterista de la banda de rock-metal A.N.I.M.A.L., donde fue un baluarte dentro del grupo y se lució como un artista creativo y de una inteligente forma de desarrollar ese estilo. Tenía una calidad particular, ya que lejos de convertirse en un músico previsible dentro de un género muy estilístico, sonaba libre dentro de esos insistentes ritmos.
Estuvo en este trío entre 1994 y 1997 y participó de los álbumes Fin de un mundo enfermo (1994) y El nuevo camino del hombre (1996). Con esta banda hizo alrededor de 400 conciertos en distintos escenarios de la Argentina, América del Sur, Central y los Estados Unidos.
En 1997, época en la que abandonó A.N.I.M.A.L por razones estrictamente personales, su talento ya lo precedía; fue elegido para compartir escenario con Dennis Chambers y Simon Phillips en el Zildjian Day, organizado por la compañía de platillos.
Ese mismo año, lo convoca el guitarrista de Rata Blanca, Walter Giardino, para integrarse a su proyecto personal Walter Giardino Temple, con quien graba, en 1998, el único disco de este proyecto Walter Giardino Temple.
Con Cerati
Un año después entra en el grupo de Gustavo Cerati, en su primera etapa fuera de Soda Stereo y graba Bocanada (1999), un trabajo que muestra la ductilidad de este baterista que además de una depurada técnica aportaba un sonido personal a los diferentes proyectos en los que intervenía. Con Cerati presentaron el disco en Argentina, Sudamérica, el Caribe y algunas ciudades de los Estados Unidos.
En 2001, Carrizo graba su disco solista Pr3ssion, donde además de batería, toca teclados y se estrena como productor, una actividad que dejó en evidencia una creatividad pareja con la que mostraba en los tambores.Martín Carrizo, junto a las baterías que vendió para su tratamiento contra el ELA. Fuente: Instagram.
En 2003 regresó al grupo A.N.I.M.A.L., de Andrés Giménez, esta vez, no sólo como baterista y compositor, también como arreglador; productor y técnico de grabación y mezcla para el disco Combativo que, incluso, se grabó en su estudio casero MC.
Ahora bien, la mano de Carrizo se percibe en la renovación que mostró la música del grupo que interesó al sello Universal, de México, por donde fue lanzado con distribución mundial. Le siguieron shows en la Argentina, Colombia, México hasta que se disolvió la banda en 2005.
En los 2000, Carrizo además de ser considerado uno de los grandes bateristas del rock y un sesionista impecable, su labor de productor y docente estaba en plena expansión.
Por el lado de la producción, trabajó con Cabezones, en el disco Alas (2001); con Abel Pintos, en Cosas del corazón (2001); con A.N.I.M.A.L, A.N.I.M.A.L. 6; con Rescate, en Quitamancha (2002) y con Power of Soul, de Titi Lapolla, en Power of Soul (2006), aquí como programador de la batería electrónica, entre otros.
Escuela de bateristas y el Indio Solari
En relación con la docencia, que venía desarrollando desde 1995, formó una escuela de bateristas, de la que salieron músicos de una técnica depurada, entre ellos, Andrés Vilanova, baterista de Carajo.Martín Carrizo murió a los 50 años.
En 2007, es el Indio Solari quien lo convoca no sólo para tocar varias baterías de su álbum Porco Rex (2007), sino también como ingeniero de sonido. Al año siguiente, Solari lo invita a tocar los cinco temas finales de los dos shows de su gira, en el estadio de La Plata y lo incorpora de manera estable a su banda, además de mantener su lugar como ingeniero de grabación.
En 2010, Carrizo trabaja casi de manera excluyente con el proyecto de Solari; participa como baterista e ingeniero de grabación del disco El perfume de la tempestad y en los shows de presentación del disco con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado; en el siguiente álbum del Indio, Pajaritos, bravos muchachitos (2013) vuelve a estar detrás de los tambores y como ingeniero de grabación.
En 2016, Carrizo quedó como único baterista de la banda de Solari, pero además de baterista y programador de batería, se convierte en el director musical de Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Un año después, en 2017, Carrizo anunció que no iba a formar parte de los conciertos del Indio, en Olavarría, por una enfermedad que le impedía tocar, al poco tiempo revela que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Martín Carrizo, nació en Buenos Aires, el 3 de enero de 1972; tenía 50 años.
WD